- Porqué duele tanto? (Pregunta con la mirada húmeda y la voz quebrada).
- Porque aún no diferencias aceptar que no todos actuarían como vos.
Te relacionas. Compartes tu energía y tu esencia. Vas por la vida dándolo todo sin importar a quién.
Ayudas a las personas en la calle. Abrazas cada vez que puedes. Mandas siempre el primer mensaje. Agasajas. Das sorpresas. Dices te quiero. Dices te amo.
AMAS.
Y por más que no lo puedas entender no todo el mundo es capaz de amar.
Tu capacidad de amor hace que las decepciones sean más duras que para el resto.
A vos te cuesta mucho no cumplir tu palabra. Siempre lo haces. Te comprometes. Valoras tanto tu tiempo que cuidas mucho del tiempo de los demás también.
Entonces cuando la desilusión de la contrariedad con la que te tratan se torna normal, te duele.
Si vos quedas con alguien un día. En un horario. En una ayuda. Vos cumplís.
Cuando la gente que conoces falta a su palabra, seguís desilusionándote.
Y lo mejor de todo esto es que lo haces con amor. Intentas siempre ponerte en el lugar del otro.
Das oportunidades. Comunicas tu deseo y necesidades.
No dejas de confiar. Pasan los vínculos y vos pones de nuevo lo mejor de vos. Tu energía y tu brillo.
Y te van a decir que si lo das todo no te quedas con nada para vos… lo dudas. Lo analizas.
Y después te das cuenta que no es así.
Que cuanto más das más te expandís. Cuánto más brillo le das a tu alrededor tu interior se ilumina el triple.
Porque tu esencia está hecha para sentir dicha y placer en ayudar, en amar.
Para responder a tu pregunta inicial, duele tanto porque amas. Y el amor es tan inmenso en dicha cómo en dolor.
