De la luz a la oscuridad y de nuevo a la luz.
Así, eclipsados. Descubriendo que todo el tiempo estamos en constante movimiento y aprendizaje. Abriendo un estado de conciencia y presencia muy alto.
Nada es lo que era. Hoy vemos más allá. Leemos entre líneas. Descubrimos que la energía nos atraviesa, nos conecta y nos enlaza.
Somos dueños de nuestra vida y nuestro destino, y por supuesto que eso asusta.
Te pregunto, te habías preguntado antes si lo que haces hoy te lleva a la vida que querés vivir?
Habías ido al trabajo con ganas? Amando lo que haces? Encontrando propósito y sentido en el hacer y el actuar.
Siento que por mucho tiempo existió un silencio y una desconexión entre lo que se dice y lo que se hace. Entre el deber y el deseo.
Nos movimos como sociedad con paradigmas y cumpliendo las expectativas ajenas sin cuestionar si con ello habitábamos nuestro propio espacio de placer y deseo.
Entonces hoy, la transformación se ve más cerca. Los imposibles, posibles. Lo lejano se acerca y hasta lo podemos abrazar.
Volvemos hacia adentro en búsqueda de esa esencia tan propia que nos susurra que hay que estar en calma. Dejar de estar alerta y preocupados por todo.
Que lo más valioso de la vida es lo más simple.
Hoy en el movimiento, en darnos cuenta que el tiempo es lo único que nunca frena y que no vuelve.
En qué invertís tu tiempo? (Tu vida)
A que espacios y personas le das tu energía?
Somos un ratito en la inmensidad y de a poco abrimos el corazón para recibir amor del bueno, del propio y del sano.
Te deseo dejar atrás todo lo que te hizo daño, buscar ayuda siempre que lo necesites.
Te deseo que puedas crecer hacia eso que te haga feliz y tengas el tiempo y la salud para disfrutarlo.
Te deseo mucho amor.
Me deseo mucho amor.
Transformación y aprendizaje.