lunes, 2 de noviembre de 2020

Cuerpo II

 

CUERPO: única posesión real propia para lograr cada acción en tu vida. El único que te va a acompañar hasta el final. Tu cuerpo, te permite abrazar, reír, amar, pensar; te permite ver a la gente que amas, escuchar tu música favorita, gritar el gol de tu equipo, soñar cumplir cada meta, sentir el calor y el frío, crear, imaginar; gracias a tu cuerpo sentís el amor de tu mascota, contás las anécdotas que te llevan a momentos felices. Tu corazón late porque tenés un cuerpo, tenemos orgasmos llenos de placer gracias a que tenemos un cuerpo. Básicamente el cuerpo nos permite todo. Debería ser nuestra prioridad cuidar nuestra salud, mental, física y emocional para lograr una mejor calidad de vida.

Sería justo que dejemos de criticar partes de nuestro cuerpo que no nos gustan o no se ajustan a estándares de belleza impuestos por la sociedad. Sería increíblemente poderoso que la balanza no nos indique nuestro estado de ánimo, que dejemos de compararnos con cada persona que vemos en nuestro entorno o redes sociales.


Sos único, sos única. Perfectamente imperfect@. Y el solo hecho de existir ya te hace valioso, tus buenas acciones te hacen buena persona, tus intenciones y forma de ser te dan verdaderos afectos, no tus kilos, no tu estética.


Te invito a pensar que tu cuerpo no solo es un envase, que no importa cuanto pese, la forma o color que tenga, te pido que si empezamos a cuidar tu cuerpo sea porque lo amas más que a nada en el mundo, porque TE AMAS a vos mism@ tanto que querés vivir saludable y pleno para disfrutar de tus seres queridos, de tus hobbies y tu vida en general.


Una vez que nos aceptamos, que realmente entendemos que somos inmensamente valiosos, crecen las ganas de sentirnos bien, de sentirnos vitales y querer vivir con mayor plenitud.


Podría darte algunos ejemplos:

- Suponemos que “amas y cuidas” a tu auto, le pones el mejor combustible, lo llevas al servicio técnico, lo estacionas bajo techo y lo mantenes limpio, etc.

- Suponemos que “amas y cuidas” a tu pareja o familia, le preparas sorpresas, piensas regalos que los harían felices, les preguntas cómo están y siempre estás dispuest@ a ayudarlos en todo.

- Suponemos que “amas y cuidas” a tu mascota, siempre tienes presente que tenga agua y alimento, que reciba tu buena energía en charlas o mimos, en llevarla al veterinario, le compras juguetes y accesorios, etc.

- Suponemos que “amas y cuidas” tus plantas, siempre recuerdas regarlas, pero no les das agua de más, sabes cuando cambiarlas de maceta, cuales necesitan más luz solar o estar en el interior, les hablas y transmites energía.


Entonces pensemos en vos. Suponemos que te AMAS Y CUIDAS, entonces te darás el mejor combustible (alimentos saludables que te nutran para que nada te falte) no llenarás tu cuerpo de comida que te intoxique y te haga mal; te harás regalos y te dedicarás tiempo para hacer lo que te gusta; irás al médico para saberte sano; harás ejercicio para sentirte fuerte y ágil; tendrás tus momentos al sol; encontrarás el tiempo para estar en soledad y en compañía de seres queridos. Cuidarás tus pensamientos, sus sentimientos y tu físico. Serás tu prioridad.


Haces todo eso?

Es difícil no?

Amarse y cuidarse debería ser un acto innato y primordial, pero el ritmo de vida, la sociedad, los mandatos bajo los que vivimos nos hacen olvidarnos.


Recaemos en dietas milagrosas al llegar al verano. Sentimos que nadie nos amará si no somos hegemónicamente bellos. Buscamos estar a la moda. Nos endeudamos por pertenecer a un grupo que nunca nos dará verdadero amor.

Te cuento algo, ser flaco no trae la felicidad abajo del brazo.

Ser gordo tampoco.

Ser rico mucho menos, ser pobre no te impide ser feliz.

La realidad es que buscar llegar a algo para sentirse feliz es tan absurdo cómo desear la vida de otra persona.

Tenes tu propia vida! Es tu responsabilidad hacerla increíble y feliz.

Valorar lo que haz logrado, aprender de errores o frustraciones.

Tengo la certeza que cuando ves lo que sí tenés, lo que sí logras, lo que sí superaste no hay tiempo para lamentarte por lo que aún no haz logrado o quisieras tener.


Lo que para uno funciona puede resultar todo lo contrario en otra persona. Es la maravilla de ser todos diferentes.

El pecado es querer ser todos iguales a un molde, a un estilo de vida, a un mandato social o a un estándar teóricamente aceptado.


Rompé las reglas y dejá de odiarte. Dejá de decirte que no sos suficiente. Dejá de compararte. Dejá de ver el enemigo en el otro.

Tu amor y tu confianza te van a llevar por los mejores caminos. Tenes mucho valor.

Apuntá ahí.


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