Encontrar la motivación y el empuje para levantarse cada día.
Qué motor encontramos para avanzar e intentar lograr lo que sentimos que querernos.
Porque en definitiva, el querer es un sentir, el sentir es una mezcla de impulsos e ideas que se manifiestan en un deseo de lograr o conseguir algo.
Hay cosas qué hay que hacer. Siempre escuche hay que trabajar, hay que estudiar, hay que casarse, hay que ser padre. Hay… hay bla, bla, bla.
La realidad es que en una sociedad y una comunidad emergente de este sistema, donde casi todo funciona por el capitalismo sí hay que trabajar a menos que alguien más lo haga por vos y te brinde ingresos suficientes.
Pero que va. Esas ganas de hacer tienen que ser propias, de adentro hacia afuera y no de afuera hacia adentro. Ese ímpetu que tenemos en buscar qué nos gusta o nos hace bien, cómo llevar el deber al placer y encontrar tiempo para el ocio.
Y así también pienso de donde vienen los deseos, los gustos, las preferencias y motivos.
Las risas, algo tan valioso y simple, qué las despierta. Qué las hace aparecer fugazmente en esos rostros cansados y tristes.
Esa idea de acercarnos siempre a lo más parecido a la felicidad.
Se dice también que somos nuestras experiencias. Que actuamos y reaccionamos según lo vivido y lo conocido… más que ser experiencias somos mucho de otras personas. Somos lo que vimos o vivimos con otras personas. Somos la ausencia que generó el otro y lo que nos dejó su presencia en nuestro camino.
Somos mucho. Somos distintos y tan parecidos a la vez.
Somos únicos, de eso no hay duda, pero con toda nuestra fuerza buscamos identificarnos en otro, en un grupo, ser aceptados en algún tipo de patrón que nos identifique.
Necesitamos formar parte, porque somos seres sociales, somos un poco de todas las personas y somos también lo que dejamos en ellas.
Una persona perdida y con dudas de qué la apasiona y qué le va a brindar felicidad es una persona que se cuestiona, que se anima, que junta valentía para verse con la oportunidad de elegir. Saliendo de la corriente, de cambiar sus formas para encajar decide, pararse en la nada y soltar todo aquello que le hizo mal.
Ser consciente que, aunque cueste, perderse es encontrarse, es crecer y puede no tener certezas o soporte, pero en algún punto entre todo mal se siente muy bien.
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