lunes, 27 de julio de 2020

Cuerpo I

Querés algo tanto qué deseas tenerlo toda la vida?

Te aferras a cosas porque pensás que sin ellas no podrías vivir?

Y a personas?


Te cuento un secreto, lo único que va a estar con vos toda tu vida es TU CUERPO. Sí, tu cuerpo.

Ese cuerpo que juzgas, que maltratas, que muchas veces criticas y comparas.

Ese cuerpo que te da tantas alegrías pero que no sabemos valorar.


Tu cuerpo te permitió el primer abrazo de tus padres... y el último. Tu cuerpo fue el que estuvo con vos en tus primeros pasos, el primer día de escuela y la primera vez que pateaste una pelota.

Tu cuerpo te permite comer todas esas cosas ricas que tanto placer te dan. Gracias a tu cuerpo podes sentir la fuerza del mar en cada ola y el calor del Sol.


Cada vez que bailas esa música que te hace feliz tu CUERPO está ahí dándote esa oportunidad. Ese primer beso (quizá no fue tan bueno, ok), ese beso que tanto ansias dar, ahí va a estar tu cuerpo.

Cuando haces el amor, cuando cocinas, cuando reís, cuando saltas gritando un gol.


Que serías si tu cuerpo no te permitiera tomar ese mate que tanto disfrutas a la mañana?

Pero, a pesar de todo eso… Cuánto cuidamos nuestro cuerpo?

Porque creas o no, tu cuerpo va a estar con vos toda la vida. Hasta el final. Y sos la única persona capaz de cuidarlo, de darle todos los nutrientes que necesita, de llevarlo al dentista y al médico, de permitir que lo besen y abracen.


Sin tu cuerpo, no tendrías mente, no tendrías un corazón… lo pensaste alguna vez?



Tu cuerpo siente, habla, se mueve, se transforma pero en todos esos momentos sigue siento tu único lugar donde vivir, tu hogar, refugio, escudo y estandarte.


Por fuera y por dentro el cuerpo es lo más valioso que tenemos, nos permite vivir.

Eso es muchísimo, vivir está subestimado pero te aseguro que es lo más preciado.


Cada segundo que estás vivo dedicalo a cultivar ese amor por tu cuerpo, por emociones sanas, sentimientos que te hagan feliz, mantenerte saludable lo más que puedas.


Hagamos algo por tu cuerpo.

Acá estoy para ayudarte.



lunes, 13 de julio de 2020

Un día más.

Estamos en un presente único, llamado vida. Este ratito que el universo nos regala para estar. Hoy estamos. Hoy tenemos un millón de oportunidades y fortuna.

Si hoy estás acá agradece. Amá. Amá con todas tus fuerzas. Decile a la gente que la querés. Reíte mucho. Aunque estés muy enojado, perdoná. Aunque estés muy triste, continúa. Aunque te hayan lastimado, saná con amor.

Cerrá los ojos y pensá qué es lo que te hace feliz. Qué momentos disfrutas. Come cosas ricas. Abrazá. Sonríe a desconocidos. Nunca sabes cuándo podés dejar de sonreír.

Y así vamos por la vida sin detenernos a pensar. Sin disfrutar un viaje en subte sin quejarnos. Sin mirar al cielo y agradecer un rayo de Sol o una noche sin luna.

¿Hace cuánto que no mirás para adentro? ¿Para ver cómo te estás sintiendo?

¿Hace cuánto no mirás para afuera y empatizás con el otro?

Disfrutá tu mascota que duerme plácidamente o te saluda híper feliz.

El verdulero que te deja elegir la fruta.

La oferta que encontraste de casualidad.

Unos mates con tu vieja. Un consejo y un reproche.

Una pelea que separa caminos. Un pasado que marcó destinos.

Somos un montón de personas distintas.

Somos una infinidad de pensamientos distintos. Tantas culturas y religiones. Tantas maneras distintas de ser feliz pero una sola de reír.

Uno se ríe de adentro. Uno ríe y contagia. Uno ríe y descarga, conecta. Achina los ojos. A todos nos gusta reír.

Quererse. Agradecer. Querer. Aprender. Dar sin necesidad de recibir. Ayudar siempre que podemos. Pedir ayuda sin vergüenza.

Por un día más que estamos. Entre tantos que extrañamos. Por un te amo y un hasta luego. Por un te quiero y un hasta siempre.

Que no te quede el amor adentro. Dalo todo. Que no te falten abrazos y que siempre sobren besos.


Amor propio.

Pensá en esa persona que amas, que querés muchísimo. Pensá en todas esas personas que realmente querés con todo tu corazón y que ese sentimiento es incondicional. Tu mamá quizá, tu papá, tus hermanos, tus hijos, tu pareja y tus amigos, familia.  

 

Ellos a quienes querés tanto que los admiras.

Que admiras cómo son con cosas como son en su vida. Su personalidad, sus resiliencias, su profesión y forma de ser. Que festejas cada logro y resaltas en qué son buenos, sus virtudes y triunfos.

Esas personas que realmente querés y que no deseas que nada malo les pase. Que nada les duela. Que puedan ser felices y estar radiantes de salud.

A quienes cuando algo les va mal, cuando están mal económicamente o sentimentalmente vos siempre tenés el hombro y la mano para ellos.

Que cuando sufren un fracaso en su vida ya sea laboral o un examen o una enfermedad tus palabras son: aunque sea un mal momento yo estoy acá con vos, siempre.

Porque cuando de verdad queremos a alguien no se utiliza el positivismo extremo, cuando alguien que queremos está triste, no le decimos que todo pasa y todo va a estar bien; les hacemos saber que, en toda tristeza, en todo dolor, en el fracaso o desamor o enfermedad, en ese mal momento estamos ahí para ellos. Para lo que necesiten y para dar lo mejor de nosotros por ellos. Dar nuestra compañía y amor.

Pensá en esas personas que si sonríen te hacen sentir mejor.

Hay cosas que jamás les dirías, jamás harías algo que las lastime, no a propósito.

No les mentirías. No les dirías nada negativo ni los insultarías.

No utilizás palabras despectivas con las personas que querés.

 

¿Pero, con vos mismo? ¿Harías todo eso por vos mismo?

¿Te admiras? ¿Te reconoces los logros y te sentís orgulloso por cada cosa buena que haces?

¿Te felicitas por intentarlo y hacer lo correcto, aunque salga mal?

¿Te acompañás en los fracasos e intentas aprender de ello o te machacas con insultos a vos mismo?

¿Te querés por sobre todas las cosas?

¿Te cuidas?

¿Entendés que cuando algo sale mal es solo un mal momento, no una mala vida?

Si estás mal de salud podés sanar y mejorar.

Un tropezón no es caída y que no vas a dejarte de lado.

 

¿Te querés?

¿Así como querés al resto?

¿Te quieren?

Eso que haríamos por los demás es importante hacerlo por nosotros mismos.

 

Ese amor incondicional nos puede salvar la vida.

Ese realismo.

No te insultes. No digas soy un boludo, soy una gorda, soy un fracaso, soy ...la manera en que nos hablamos a nosotros mismos influye muchísimo en nuestra autoestima y estado de ánimo.

 

Quizá pasen cosas malas, sí.

Quizás en tal cosa fracasé, pero voy a aprender.

Quizá perdí dinero en este momento, pero trabajaré para mejorar.

Quizá descuidé mi salud, pero quiero cuidarme y volver a sentirme sano.

Quizá me engañaron, quizá engañé.

Quizá me equivoqué.

Pero es un momento. No sos un error de la naturaleza.

No sos nada de todas las cosas feas que te decís a vos mismo.

 

El amor propio parece sobrevalorado, parece una frase hecha.

Se “marketinizó” tanto que olvidamos la realidad.

 

Lo que querés lo cuidas.

Lo que amas lo acompañas hasta el final.

Lo que realmente es importante para vos es invaluable.


Es difícil, sí, lo sé. Nos enseñaron a autolastimarnos.

A medirnos con una vara que el exterior puso para nosotros.

 

Celebra que estás haciendo un montón de cosas buenas.

Que te querés.

Que vas a quererte un poco más después de leer esto.

 

Yo quiero muchísimo a las personas que me rodean.

Estoy aprendiendo a quererme así a mí también.


domingo, 5 de julio de 2020

Ganas.

Encontrar la diferencia entre vivir y sobrevivir.
Encontrar la motivación y el empuje para levantarse cada día.
Qué motor encontramos para avanzar e intentar lograr lo que sentimos que querernos.
Porque en definitiva, el querer es un sentir, el sentir es una mezcla de impulsos e ideas que se manifiestan en un deseo de lograr o conseguir algo.
Hay cosas qué hay que hacer. Siempre escuche hay que trabajar, hay que estudiar, hay que casarse, hay que ser padre. Hay… hay bla, bla, bla.

La realidad es que en una sociedad y una comunidad emergente de este sistema, donde casi todo funciona por el capitalismo sí hay que trabajar a menos que alguien más lo haga por vos y te brinde ingresos suficientes.

Pero que va. Esas ganas de hacer tienen que ser propias, de adentro hacia afuera y no de afuera hacia adentro. Ese ímpetu que tenemos en buscar qué nos gusta o nos hace bien, cómo llevar el deber al placer y encontrar tiempo para el ocio.

Y así también pienso de donde vienen los deseos, los gustos, las preferencias y motivos.
Las risas, algo tan valioso y simple, qué las despierta. Qué las hace aparecer fugazmente en esos rostros cansados y tristes.
Esa idea de acercarnos siempre a lo más parecido a la felicidad.

Se dice también que somos nuestras experiencias. Que actuamos y reaccionamos según lo vivido y lo conocido… más que ser experiencias somos mucho de otras personas. Somos lo que vimos o vivimos con otras personas. Somos la ausencia que generó el otro y lo que nos dejó su presencia en nuestro camino.
Somos mucho. Somos distintos y tan parecidos a la vez.

Somos únicos, de eso no hay duda, pero con toda nuestra fuerza buscamos identificarnos en otro, en un grupo, ser aceptados en algún tipo de patrón que nos identifique.

Necesitamos formar parte, porque somos seres sociales, somos un poco de todas las personas y somos también lo que dejamos en ellas.

Una persona perdida y con dudas de qué la apasiona y qué le va a brindar felicidad es una persona que se cuestiona, que se anima, que junta valentía para verse con la oportunidad de elegir. Saliendo de la corriente, de cambiar sus formas para encajar decide, pararse en la nada y soltar todo aquello que le hizo mal.

Ser consciente que, aunque cueste, perderse es encontrarse, es crecer y puede no tener certezas o soporte, pero en algún punto entre todo mal se siente muy bien.

viernes, 3 de julio de 2020

La vida como un Laberinto.

Imagina un laberinto

Imagina que cada camino que tomes te enseñará algo.

Algunas veces los caminos no tendrán salida, otras irás muy de prisa sin ningún obstáculo que se interponga. Por momentos el sendero será confuso y deberás estar alerta e ir despacio.

Muchas veces volverás sobre tus pasos y retomaras caminos que antes dejaste inconclusos. Otras veces simplemente tendrás que elegir entre dos senderos, sabiendo que no habrá manera de volver atrás.

En el laberinto y en los caminos también hay muchas personas, y como mencionamos antes ellas también transitarán esos senderos. A veces a tu lado, a veces a diferente ritmo y otras elegirán caminos muy diferentes al tuyo. Nunca es certeza si más adelante se volverán o no a juntar. Hay que ser conscientes que en el momento en que se coincide intentar siempre dar y recibir lo mejor de cada uno.

En este gran laberinto va a haber momentos en los cuales vas a chocarte. Pueden pasar muchas cosas, puede tomar tiempo descubrir cómo resolverlo, retroceder sobre tus pasos, mirar alrededor y ver otras salidas. Date tiempo, pero jamás olvides que si lo ves con perspectiva siempre hay una nueva posibilidad que tomar.

El centro del laberinto es el mismo para todos. Allí iremos al terminar nuestra experiencia y reencontrarnos luego con toda una vida de anécdotas.

Una vez allí ya no hay vuelta atrás, las oportunidades y caminos que no recorriste no podrás atravesarlos nunca más.

Ser consciente de caminar, recorrer y disfrutar el laberinto es muy difícil. La magia está ahí, en cada sendero que descubras, en cada tropezón, en cada salto y emoción que te recorre al chocar o empezar un nuevo camino.

Hay lugares del laberinto en los que te sentirás muy cómodo y no querrás moverte, sentirás confort, pero recuerda, si no eliges salir de esa zona de confort puedes estar perdiéndote infinidad de otros senderos y oportunidades.

Solemos mirar siempre hacia adelante. Solemos preocuparnos constantemente con el porvenir o los eventos futuros.

Te invito a tratar de ver en todas las direcciones. Más allá de lo que estamos acostumbrados a mirar.

Respira y contempla a tu lado, detente a materializar lo que te rodea. Esas otras personas que están en este presente a tu lado. En este camino.

A mirar hacia arriba y ver el cielo, la luz del sol, el brillo de las estrellas y las etapas de la luna. Un techo sobre tu cabeza que te permite estar al resguardo.

Mirar hacia abajo, identificar el suelo que pisas, como un lugar, como una presente superficie a la que perteneces hoy. El suelo de tu hogar, de tu barrio, del país donde estas. Donde hoy perteneces.

Te invito a mirar hacia atrás. Valorar y agradecer todo lo que viviste y lograste para hoy llegar acá. Todas las personas que estuvieron en el camino hasta hoy.

Y fundamentalmente que también mires hacia adentro. Tu esencia, el amor y los dolores, los miedos y los sueños que habitan en tu interior.  Las personas a las que amas están siempre allí con vos.

 

Si leíste esto, hoy algo puede mejorar.

Si soñaste con esto, hoy es un nuevo despertar.


jueves, 2 de julio de 2020

No rendirnos.

Qué Camino tan Maravilloso es la Vida.
Nosotros existimos, somos, creamos; somos seres de Luz, de energía, tenemos la Fuerza y el Poder de voluntad más inmenso.
Cada uno de nosotros es capaz, capaz de ser lo mejor de uno, de superarnos, de dar amor y sentir cuando vuelve multiplicado por mil.
Años que pasan, que vienen, momentos que atravesamos, situaciones que nos van moldeando como personas, como grupo, como sociedad, como conjunto, somos un todo.
Una masa de energía en movimiento, mutando y fusionando.

Somos parte de la naturaleza y debemos aprender de ella.
Tenemos la suerte de ser UNICOS, todos y cada uno de nosotros, tenemos una esencia especial que debemos alimentar de positividad, sueños y esperanza.

Debemos creer, aprender a crecer. Aprender de todas las cosas que la vida nos muestra, de lo malo y doloroso, de lo bueno y reconfortante.


Y qué tal si somos Felices, si logramos en nuestro interior esa Paz y armonía que nos ayuda mental, física y espiritualmente.

La sonrisa sincera, el brillo en los Ojos. El alma en expansión y absorbiendo Amor puro y verdadero.
Seamos. Existamos.

No rendirnos, estamos en el momento indicado. Es el momento de abrazarte y ser libre y Feliz.

Que cada nuevo día sea tu mejor versión.

Ser.

Va a llegar un momento donde te vas a replantear todo. Donde las cosas lindas de la vida se vuelvan oscuras, donde los valores pierdan nitidez; un instante de ausencia de sonrisa y desconcierto existencial.

Llega un momento dónde te vas a preguntar si ser vos mismo está bien, si es correcto, si se puede mejorar. Es muy probable que todos estos cuestionamientos vengan luego de una decepción.

Que cuando duela el alma, las dudas salgan a flote y lastimen más la herida.

Pero vos tranquilo. Respira y relájate. Todo eso va a pasar.

Ser vos mismo no está mal, si bien siempre se puede mejorar, tenemos una esencia muy difícil de cambiar.

La esencia es eso que le da brillo a tu mirada, la esencia es lo que contagia en una carcajada. Es la calidez en el abrazo, la sinceridad en las palabras.

No suele suceder seguido que nos sentimos LIBRES para ser quien realmente somos frente a otras personas, generalmente es un vínculo que cuesta lograr.

Solemos adaptarnos a situaciones para no desentonar.

Solemos privarnos de expresión por no quedar mal. Por miedo al rechazo, por una costumbre extraña que nos empuja a aparentar.

Siento que perdimos la libertad de dar y recibir lo verdadero, lo real, lo bueno que tenemos para brindar.

Me lo planteo mil veces más, le doy vueltas al asunto sin antes analizar en detalle las variables que puedan fallar. Ya sea privando nuestra innata libertad o dándolo todo sin medir, quien no esté preparado para sumar en tu camino se ha de alejar.

Todo eso va a pasar.

Espero no dejes de ser vos mismo a pesar del dolor que sentiste. Espero no te alejes de tu esencia, porque es eso lo que te hace único y que nadie puede imitar ni quitarte. Ese conjunto de experiencias y vivencias, se sentimientos y sensaciones, todo eso que tus sentidos experimentaron te hace especial. No busques iguales, no quieras dar lo mismo que te dan. Solo sé vos mismo, quizá te pierdas de una inmensa felicidad por no aceptar la realidad.

Hoy cuesta un poquito más, pero mañana ya va a pasar.

Se fuerte. Sonríe. Pide perdón. Da las gracias. Haz el ridículo. Ensúciate. Come rico y sano. Entrena. Baila. Canta. Abraza. Vuelve a reír. Perdónate. Agradece. No es fácil y por eso es que vale la pena.


Recuerdos felices y de los otros.

Etapas, tiempo, procesos, cambios, crecimiento, retrocesos.

Soy consciente del presente, este momento en el que vivo y respiro. El hoy es lo único real que tenemos, claro que también sentimos reales los recuerdos.

Los buenos y los malos. Los segundos nos inclinan a la tristeza y decepción, a la angustia y las preguntas existenciales. ¿Por qué pasó esto? ¿Por qué aquello? ¿Por qué así?

Pero los recuerdos buenos son el tema principal de este escrito. Tienen más fuerza que los recuerdos malos. Porque los recuerdos buenos pueden traer felicidad o aún más tristeza y melancolía que los malos.

Digo buenos y malos para diferenciar lo triste de lo feliz. Pero en realidad son todos sucesos necesarios e indispensables que necesitamos vivir para llegar hoy a ser quienes somos.

Entonces retomamos en esos instantes de plena felicidad. Te acordás cuando todo estaba bien en tu interior y en tu exterior. Cuando te sentías satisfecho con todos los aspectos de tu vida. Cuando no hacía falta el trabajo ni la salud. Cuando cada día había motivos para sonreír, y también para reír a carcajadas. ¿Pero antes de eso… no estuviste mal? No hubo tristeza y desesperación. No tuviste mucha incertidumbre. Estoy segura que te perdiste mil veces antes de ser feliz, y después fuiste Feliz, después de nuevo algún bajonazo y después nuevamente razones para sonreír.

Intuyo que todo lo que nos contaron siempre de la vida Feliz, era mentira. Quiero imponer la NO verdad absoluta. Que esté correcto ir día a día averiguando qué hacer, cómo hacerlo hasta que nos salga bien.

Lo que más me ayuda a levantarme cada día es saber que estuve muchas veces peor de lo que estoy hoy, y lo que más me motiva aún es recordar lo bien que estuve, lo feliz que fui, y todo lo que logré. Mis metas hechas realidad, mis sueños sobrepasando las expectativas. Y sobre todo las sorpresas que la vida me puso en el camino sin siquiera poder imaginarlas jamás.

Entonces acá estamos. Sí, quizá sea un momento de mierda, difícil, complicado. Quizá todo lo que te hizo feliz desapareció. Se fue. Cambió. Mutó. Pero, seamos realistas, estuvimos mucho peor.

Estuvimos en el fondo del pozo, sin luz y casi sin esperanza. Estuviste al borde de sentir que ya no había nada más. Y sabes qué hubo un día más, y otro y otro. Pero no sabemos cuántos más va a haber.

Así que dale. A darle brillo a los recuerdos, que te den energía y no melancolía. Lo fuerte que sos no lo quita un mal momento, una etapa ni un dolor.

Hay cosas que no dependen de nosotros y no las podemos cambiar.

Pero hay muchas otras que dependen solamente de nosotros. Somos los únicos responsables de nuestros actos, de lo que elegimos hacer y no hacer.

Qué mensaje contestar, qué callar, qué comer, qué hacer, cuánto dormir. No tiene la culpa Dios, ni el universo, ni las demás personas.

Si necesitas ayuda PEDILA, si podés ayudar HACELO, y si hoy te toca estar en el peor día de tu vida, mañana va a ser un poco mejor, te lo garantizo. Y si hoy estas completamente Feliz, disfrutalo, valoralo y volá, sé Libre.

Cuida todos tus afectos. Grita al mundo te quieros; reíte de un meme, de alguien que se manchó con comida, de la misma vida.

Llorá con una peli, recomendá un postre y abrazá cada vez que puedas.

El amor, la simpleza y la amistad siempre van a reconfortar. El cariño y la fuerza interna están para que sigas en este camino.

No sabemos por qué estamos acá. O para qué. Pero es maravilloso tener esta oportunidad. Disfrutala.

Fuiste Feliz. Y vas a volver a serlo. Y sobre todo tu presencia y tu persona, tu sola existencia hace feliz a alguien como a mí.

Te quiero.

Vamos por más.


Un cálido aplauso.

Y cuando te animas a todo, cuando pones el pecho y arriesgas a morir. 

Cuando juntas todo el valor desde el más profundo miedo. 

Cuando te tiemblan las pantorrillas y así y todo te plantas y frente a todos haces tú gracia, eso que amas, eso que te llena el alma. 

Cuando las dudas se van y viene la confianza a galope firme, cuando llega ese calor desde dentro que evapora todo nervio. 

Cuando empezas y no paras… y ya, con la seguridad de escudo, la peleas a morir. 

Después de tan bruta batalla, después de subir ese peldaño gigante, cuando llegas ahí, y sentís en tus manos el dolor de haber creado todo eso, en tu espalda la mochila de haber aguantado tanto y se te pasa por la mente en un segundo todo lo que resignaste para estar ahí, y ves, sentís, que hiciste lo correcto.

En ese momento no hay nada más reconfortante que una mirada amiga de reconocimiento, una sonrisa cálida, un asentimiento de algún desconocido. Se evapora la indiferencia y lo que se espera con más ansias es el calor de un aplauso.

Ese sonido que te hace dejar de temblar. Que te saca la cara de pánico y te hace sonreír. Ese calor que llega como una ola para rodearte de energía y confirmarte una vez más que elegiste el camino correcto. 

Que por algo estas en el lugar correcto en el momento exacto y todo ayuda a crecer.

Los deseos del corazón tienen la fuerza más profunda, si los seguimos y nos esforzamos por cumplirlos se logran y llegan agigantados, tanto que el corazón se expande en el pecho y te sentís pleno. 

Y llegaste, lo lograste y a partir de ahora, gracias a un aplauso te vas a esforzar para que sean miles y poder dejarle al mundo en pequeñas cuotas toda la fuerza del amor de tu sueño hecho realidad y de la luz de tu mirada cristalina que se transforma en un portal al más allá, hay que creer, que confiar y luchar. 

Y seguir.

Sí, se puede, y es real.


miércoles, 1 de julio de 2020

Reír.

Cuando tenes ganas de sonreír, hay que reír.

No importa el lugar, el momento, el qué dirán.

¿Y si parezco una loca riendo sola por la calle? ¿Y si pensarte me hace reír, y si un recuerdo suelta una carcajada? Y si solamente sonreír te cambia la energía del Alma..

Cada día estoy agradecida, feliz de vivir, de poder caminar, soñar, amar. Yo puedo hablar, puedo cantar y gritar. Puedo bailar hasta no dar más. Que el ritmo me levanta el ánimo, la autoestima y las ganas de sonreír.

Que en la vida… hay que vivir, hay que disfrutar, que quizá no hay mañana y estas desperdiciando el hoy.

Hoy si podes salí a ver un segundo al Sol, por la ventana, al menos. Camina descalzo, canta una canción, hoy ayudá a quien lo necesite y pedí ayuda sin tener vergüenza.  Abraza a quienes queres, y si no podes, recordales que extrañas sus abrazos. Amá. Amar es hermoso, amar a la familia, a los amigos, a las mascotas, amar el tiempo y amar el aire. Yo amo el sol, la noche, la luna y el día. Amo los segundos que puedo pasar a tu lado. Amo verte reír y amo poder saltar de alegría. Nada me impide ser feliz más que mi propia mente.

Puedo empezar a contar una historia, puedo soñar un futuro nuevo, pero también puedo tener el mejor día de mi vida, cada día. Sin dejar de crecer, amo aprender. Saber, conocer.

Quisiera no dudar de tener tiempo para hacer o decir todo lo que quiero, pero por las dudas, hago cada segundo lo mejor que puedo para lograr mi felicidad y hacer felices a quienes quiero.

Estamos en un mundo y momento difícil, cruel, malvado. Pasan cosas feas. Quiero llorar de ver las noticias, de no comprender el odio que habita en muchos seres. Pero para combatir eso creo amor, sueño. Me animo a amar, a ayudar y cuidar.

No se puede estar ajeno a todo. Tampoco encerrarse. No se puede uno aislarse ni desentenderse.

Siento que estoy en un momento de paz conmigo. Que quiero amarme a mi misma, que puedo ser feliz. Que me animo a transmitir mis sentimientos, mis miedos y pasiones. Que si me vuelvo loca está bien, que si algo no me hace feliz lo dejo de hacer. Que si puedo ayudar ayudo y que si quiero un abrazo lo voy a pedir. Porque necesito amor. Quiero amor. Vamos a morirnos de amor y eso no tiene comparación. Elijo no juzgarme por desgano o ganas. Elijo recordarte que te quiero y te extraño. Que me perdí mucho tiempo pero que decido encontrarme conmigo.

Una broma, un chiste, una carcajada, eso es lindo. La complicidad, el humor, la dicha de reír. Lo lindo de vivir. Recuerdo a mis abuelos, agradezco cada momento. Familia, amigas, hermanos, amigos, la vida que me regala felicidad, amor, momentos y alegrías. Puedo elegir qué estudiar, de qué trabajar. Nunca me falto un plato de comida y nunca pasé frio y agradezco esa abundancia con mucho amor cada día.

Quiero Reír.

Y a vos te quiero ver feliz.


Apagón.

 Lunes 28 de abril, apagón general en España y otros países de Europa.  Un día tan atípico como estos me lleva a pensar lo poco que tenemos ...